Ojos cansados. Ah, son las partículas PM 2.5. O los artefactos, hasta cierto punto adictivos, de la era digital (Sherry Turkle, profesora del MIT, escribió un libro que se llama Alone Together. El Pew Research Center concluyó que 46% de las personas encuestadas [muestra de 2 000] no pueden vivir sin su smartphone). O los ojos de siempre, o la contaminación, o los subibajas y desengaños recientes.
No. Son solo lágrimas, sal chiquita, una tras otra, pero queman cuando duelen.